lunes, 11 de agosto de 2008

Mis 100 palabras


Seiscientas veinte es el número de veces que intentó huir lejos de ese lugar que alguna vez la hizo feliz.
El barco que le prestaron ya no sirve para navegar. De seguir así, siente que aunque intentara partir, quedará varada en la mitad de una marea iracunda.
Como no puede salir envia sus sueños escritos en una botella. Quizás alguien en una costa vecina los lea y le envie auxilio para escapar.
Por ahora, para apaciguar la inaguantable espera, juega a soñar despierta con ese viaje, con una primavera y con el jardín de rosas que un día le prometieron.